Cuando alguien escucha la palabra "interiorista", automáticamente piensa en cojines y cortinas, pero ¡ojo! aquí hay mucho más que eso. Somos los héroes (sin capa) que convierten una casa en ruinas en algo digno de salir en una revista... ¡y todo sin perder la sonrisa! O bueno, casi siempre... 😅 de aqui este post en tono de humor...
🔧 ¿Qué hacemos los interioristas?
Para que te hagas una idea, llegamos a una casa donde hasta las paredes piden auxilio, cuando las hay. Y ahí es cuando empieza la magia. Primero, medimos cada espacio (sí, hasta esos recovecos donde nunca has mirado). Luego, pasamos horas diseñando y creando sobre plano, cuadrando cada centímetro como si de eso dependiera la paz mundial.
Nos encargamos de reubicar baños, decidir dónde irá esa nueva cocina con la isla de tus sueños y planificar cada enchufe y cable, porque ¡oh sorpresa! tener suficientes enchufes, en esta era, es IMPORTANTE . También diseñamos espacios insonorizados para que no escuches al vecino discutir con su parienta, o para que puedas trabajar desde casa sin problemas. No olvidamos detalles como dónde guardar la escoba, que la roomba pueda acceder a su base, la plancha no se caiga o elevar la lavadora 60 cm para que en 5 años no te dejes los riñones sacando la ropa húmeda. ¿El suelo radiante? Nos aseguramos de que el material no se estropee después de un año.Y si tienes un loft de 40 m² y necesitas una zona de trabajo aislada, ¡también lo hacemos!
Pero, señores, para hacer todo esto hay que estudiar mucho, estar al día en tendencias, materiales, soluciones, ¡y hasta psicología! Todo este trabajo, para escuchar la famosa frase:
"Tengo una amiga que le gusta decorar y me puede ayudar"... ¡Claro, porque es lo mismo! 😂
INSPIRA ACCIÓN de INTERIORISMO
💸 El presupuesto, ese temido enemigo al que hay que ¡estirar más que un chicle!
Cuando llega el momento de hacer números, nos toca enfrentarnos a esa dura realidad: el presupuesto. Y ojo, no es que nos encante. De hecho, si pudiéramos, ¡lo haríamos desaparecer con un chasquido de dedos!
Pero aquí estamos, haciendo malabares, intentando que cuadre todo mientras tú sigues soñando con la lámpara de diseño, el suelo radiante y esa encimera de mármol que viste en Pinterest.
Nos toca hacer un presupuesto lo más ajustado posible y, honestamente, hacer magia con los números (porque claro, ¡queremos que todo quede perfecto!). Ojo, que aquí no ganamos más si la obra se encarece, nuestros honorarios ya están pactados.
La verdad incómoda es que el presupuesto, por muy ajustado que lo intentamos, tiene límites. A veces hay que estirarlo más que un chicle, y otras veces... bueno, el chicle se rompe. Pero no te preocupes, ¡somos expertos en sacar lo mejor de cada euro! Aquí no se deja nada al azar.
Eso sí, no te olvides: lo bueno, bonito y barato… no siempre va de la mano . Pero te aseguro que cada céntimo invertido valdrá la pena cuando veas el resultado final. ¡Nosotros lo hacemos realidad!
Además, seleccionamos solo a los mejores profesionales, aquellos en los que confías y sabes que no te van a dejar tirada como Benito & Compañía. Nos esforzamos por cuadrarlo todo para que la reforma se haga en tiempo y forma , mientras gestionamos los 6789 marrones que surgen en el camino (y créeme, siempre hay alguno).
Y no, claro que no le contamos al cliente, porque para eso estamos aquí: para que parezca que todo va rodado y sin drama. Spoiler: tenemos un Master en BLV (Buscarnos La Vida) y otro en Psicología del “agobio” del cliente, porque nunca falta el: “¿Por qué estás destrozando más mi casa? ¡Y esto no avanza!”
🚧 La ejecución del proyecto y los famosos "...ya que estamos..."
Y aquí es cuando empieza el verdadero show . Una vez que la obra empieza, entramos en el mundo mágico del “...ya que estamos…”. “Ya que estamos, ¿por qué no cambiamos también el suelo del salón?” o “Ya que estamos, ¿podemos mover la pared un poquito más?”.
Señores CLIENTES, el mejor consejo que puedo dar como interiorista: es hacer un análisis exhaustivo antes de la reforma. Tómate tu tiempo, aunque te retrases 1 mes, piensa bien todo antes de lanzarte, porque una vez que la OBRA EMPIEZA, el SHOW MUST GO ON! .
Los cambios de última hora producen retrasos, aumentan la inversión, hacen que el presupuesto original se quede en un bonito recuerdo, y generan errores que acaban en discusiones... ¡hasta con los enchufes!
🛋️ El amueblamiento: donde hasta el perro opina
Y cuando crees que ya lo ha logrado... ¡llega el amueblamiento y la decoración! Aquí es donde empieza el festival de opiniones: desde el cliente, la suegra, el vecino... ¡y hasta el perro exige que su camita combine con los colores de la casa! Porque sí, hasta las mascotas tienen su rincón de diseño.
😅 Lo escabroso de nuestra profesión
Si hay algo que nos agradecen después de una reforma (además de que no les hayamos dejado arrancarse los pelos en el proceso), es que no les hayamos permitido lanzarse al vacío sin haberlo elegido todo previamente y sin explicarles, con todo detalle, las fases de la obra... ¡como si de un duelo se tratase! Porque, vamos, todos conocemos al famoso obrero que dice "vengo mañana" y aparece cuatro días después porque tenía “otros compromisos”. 😂
Gracias a nuestra meticulosa planificación, todo funciona como un reloj suizo, logrando que las obras se terminen en el menor tiempo posible (¡todo un milagro!), mientras salvamos los inconvenientes y peculiaridades de cada proyecto. Ojalá los practicantes de yoga fueran tan flexibles como nosotros. ¡Aquí tenemos más cintura que un boxeador!
Y lo mejor de todo es que, después de pasar por este proceso, muchos de nuestros clientes acaban siendo amigos que repiten con nosotros, porque, al final, casi les conocemos mejor que sus madres. ¡Es lo que tiene pasar juntos por una obra! 😜
- Sí, mamá, trabajo de verdad. No, no solo me dedico a “hacerlo todo bonito”.
- Convencer a alguien de que esa lámpara es el centro de la estancia, y no “un gasto innecesario”.
- Las frases mágicas: “¿Y si cambiamos todo esto ahora que ya está a punto de terminarse?” ¡Ajá, claro! ¿Por qué no?
Ser interiorista es un arte, una carrera de fondo y, a veces, una pequeña locura. Pero no cambiaríamos nuestro Master en BLV y Psicología de los dramas por nada del mundo. 💥